En anteriores entradas del blog hemos hablado de formas de obtener la aprobación de las prestaciones por incapacidad en función de distintos tipos de deficiencias. En este post, vamos a tomar el camino opuesto y discutir las situaciones que a veces vemos que prevenir personas de cobrar prestaciones por incapacidad. Sin ningún orden en particular, éstas son algunas de las situaciones que podrían dar lugar a una denegación de las prestaciones por incapacidad:
Seguir trabajando
Las personas que sufren graves problemas médicos o de salud mental se enfrentan a menudo a un difícil dilema:- OPCIÓN A: Seguir trabajando aunque hacerlo les esté matando literalmente o les produzca un dolor insoportable; o bien
- OPCIÓN B: Renunciar a su trabajo y arriesgarse a no poder mantenerse a sí mismo ni a su familia con alimentos, vivienda y ropa porque es el único productor de ingresos del hogar.
Negarse voluntariamente a seguir las órdenes de los médicos
Esto puede parecer obvio, pero si no sigue las órdenes de su médico para tratar sus problemas médicos o de salud mental, es posible que no pueda cobrar las prestaciones por incapacidad. Por ejemplo, si usted es diabético y se niega a tomar la medicación, y debido a esa negativa su estado empeora tanto que no puede trabajar, la SSA puede (y lo hará) adoptar la postura de que su negativa a seguir las órdenes de los médicos le impide recibir prestaciones por incapacidad. Cuando una persona solicita prestaciones por incapacidad, su credibilidad es importante. Cuando presenta una solicitud, está diciendo que no puede trabajar debido a sus problemas de salud, aunque, de buena fe, quiera hacerlo. Si sus médicos le dicen que podría recuperarse lo suficiente como para trabajar si hiciera lo que le dicen, eso daña su credibilidad porque crea la impresión de que realmente prefiere no trabajar. En este contexto, las enfermedades mentales se consideran de forma algo diferente. En el caso de determinadas enfermedades mentales, la negativa a tomar la medicación o a seguir el tratamiento es en sí misma un síntoma de la enfermedad mental. Si se demuestra que es así, esta negativa no se tendrá en cuenta en contra del solicitante. Txisten otras limitaciones a la norma general de "incumplimiento" por las que determinados incumplimientos de la obligación de buscar tratamiento no se utilizarán en contra del solicitante de la incapacidad, entre ellas:- Ciertas "elecciones de estilo de vida", como fumar, beber (con moderación) o tener sobrepeso;
- Una incapacidad legítima para pagar el tratamiento o la medicación recomendados (nuestro bufete mantiene una lista de clínicas de tratamiento gratuito o de bajo coste para nuestros clientes que no pueden costearse el tratamiento);
- Estar en riesgo de adicción a los opiáceos cuando el régimen de tratamiento del dolor prescrito es la medicación narcótica;
- Ciertas objeciones religiosas sinceras al tratamiento.
Consumo continuado de drogas o alcohol
En los "viejos tiempos" (antes de 1996), una persona podía recibir prestaciones por incapacidad si su adicción a las drogas o al alcohol era tan grave que le impedía trabajar. Ahora ya no es así. Ese año se modificó la ley para que padecer ÚNICAMENTE drogodependencia o alcoholismo no puede dar derecho a percibir prestaciones por incapacidad. La norma actual es que sólo se le puede declarar incapacitado por dependencia de las drogas o el alcohol si padece OTRAS afecciones tan graves que le impedirían trabajar aunque no volviera a tomar una copa o una droga. Un ejemplo es la cirrosis hepática; si tienes una cirrosis que ha progresado tanto debido a tu consumo de alcohol que tu hígado no puede curarse aunque dejes totalmente de beber, y la enfermedad hepática te impide trabajar, te la pueden aprobar. Pero si su enfermedad hepática no ha progresado hasta ese punto, de modo que su hígado podría curarse si dejara de beber ahora, entonces no se le aprobaría. Este asunto se complica aún más cuando se trata de discapacidad por problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión, el TEPT o el trastorno bipolar. Por un lado, las deficiencias mentales subyacentes pueden ser una CAUSA o, al menos, un factor que contribuya al abuso de sustancias de una persona; algunas personas se "automedican" hasta un grado tan profundo que les impide trabajar. Sin embargo, visto desde otra perspectiva, los síntomas de las deficiencias mentales pueden verse EXACERBADOS por el abuso de drogas o alcohol. No es probable que una persona que sufra síntomas parecidos a la paranoia se beneficie del abuso continuado de sustancias que alteran la mente. Y desde otro punto de vista, si una persona con un diagnóstico subyacente de salud mental DEJA de abusar de las drogas o el alcohol, puede recuperarse hasta el punto de ser capaz de mantener un empleo. La cuestión clave que examinará la SSA es en qué condiciones se encontraría la persona SI NO FUERA por el abuso de sustancias. Si la respuesta es "lo suficientemente bien como para trabajar", lo más probable es que no le aprueben las prestaciones por incapacidad. El efecto práctico de este cambio en la ley es que los solicitantes de prestaciones por incapacidad deben demostrar, mediante un periodo significativo de abstinencia de drogas o alcohol, que no pueden trabajar aunque dejen de consumir sustancias. Nuestro consejo habitual a los clientes con antecedentes de consumo de drogas o alcohol es:- documentar su tratamiento y terapia,
- poder demostrar (mediante papeletas de asistencia) que asiste a reuniones de 12 pasos o similares, y
- conoce tu fecha exacta de sobriedad