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D. Montague

Dan Brian | 9 de febrero de 2015 |  

Mi historia es larga: he tenido fuertes dolores de espalda durante toda mi vida. En los últimos dos años el dolor se ha vuelto insoportable y se ha extendido a mis caderas y piernas. Después de solicitar sin éxito prestaciones por incapacidad varias veces por mi cuenta, me di cuenta de que necesitaba a alguien que me ayudara. Alguien mucho más cualificado que yo.

Después de ver a un amigo cercano en un anuncio de televisión de Riddle & Brantley, le llamé para que me diera su opinión. Tenía cosas maravillosas que decir, así que decidí llamarles. Hablé con Susan Riley, asistente legal, para su empresa. Inmediatamente supe que había tomado la mejor decisión que había tomado en dos años. Manejaron mi caso no sólo con conocimiento experto pero con el cuidado y la comprensión. Si tenía preguntas, preocupaciones o simplemente necesitaba a alguien con quien hablar, Susan siempre estaba allí para ayudarme a través de los tiempos difíciles. Siempre me mantuvieron informado de cómo progresaba el caso y nunca tuve una llamada telefónica o correo electrónico sin respuesta.

Nunca me sentí como un cliente más, sino como de la familia. Ellos realmente se preocupan y manejarán su caso con determinación agresiva. ¡Mi consejo a cualquiera que necesite ayuda con una situación como la mía, por favor llame a Riddle y Brantley! ¡Esa llamada telefónica puede cambiar su vida y darle la tranquilidad de saber que tiene lo mejor de lo mejor de su lado! Lo hizo por mí y no puedo agradecer lo suficiente. Gracias Riddle & Brantley, especialmente a Susan Riley, Paralegal, y Scott Scurfield, Abogado, que siempre estaban allí para mí y sólo una llamada telefónica de distancia. ¡Fue sin duda su cuidado, conocimiento experto y, determinación que ganó mi caso!